La tarde del 8 de noviembre de 2007, un grupo de personas provenientes de distintas mundos y vertientes, nos juntamos a reflexionar en torno a la posibilidad de construir un espacio de producción, intercambio y circulación de conocimientos que pueda dar salida al encuadramiento clasista y utilitarista que actualmente impone la educación académica formal y de mercado.
La convocatoria fue realizada por un grupo de amigos (al margen de instituciones, partidos políticos, grupos de poder y, en general, lógicas hegemónicas de cualquier tipo) para juntarnos a debatir en torno a la posibilidad de construir una “Universidad Sin Clases”, la cual, como concepto, se explica a partir de las siguientes acepciones:
1° Universidad como forma de disputar contra el sistema académico formal: a partir de este término se propone provocar, disputar y expropiar un signo de alto valor social, como es el concepto de universidad, desde el cual se pone en funcionamiento una forma de producción de conocimientos cerrados en castas de funcionarios e “intelectuales” al servicio de la dominación técnica (y acrítica) tanto de la sociedad, como de la realidad en su conjunto. Contra ello, la propuesta es construir un espacio de producción e intercambio de conocimientos en el que seamos capases de encarar reflexiones criticas sobre los fenómenos universales y particulares que nos toca experimentar cotidianamente (la educación, el trabajo, las relaciones entre las personas, la filosofía, la historia, la política, el arte, la vida). Por ello, aun cuando el concepto de universidad evoca lo universal, resulta fundamental la preocupación por las particularidades que deben ser relevadas como tensión y contenido de lo universal. Una universidad sin clases debe ser capaz de dar cuenta de tal tensión como una característica de su forma y de sus contenidos.
2° Sin clases como forma de discriminación de las personas: Una universidad sin clases debe eliminar los criterios de segregación de mercado a partir del cual la educación formal cierra el circuito del conocimiento, convirtiéndolo en mercancía y en privilegio de castas que lo detentan y reproducen perpetuamente, en torno al saber, la lógica de desigualdad de clases en que se asientan.
3° Sin clases académicas como forma de organizar verticalmente las relaciones de conocimiento dentro del aula: se trata de evitar la relación vertical entre profesor y alumno, basada en el "principio de autoridad" propio de la tradición escolástica que da forma a todo nuestro sistema de educación, en el que existe un poseedor de la verdad y, por otro lado, aquellos que deben aceptar pasivamente esa verdad que se les impone como subordinados। Por ello, una propuesta es que más que cursos, una universidad sin clases se organice en torno a grupos de investigación colectiva, en los que se potencie la experiencia y reflexión crítica de cada persona, antes que su capacidad de reproducir discursos implantados por la figura del académico.
4° Sin clasificaciones utilitarias del conocimiento: Por último, una universidad sin clases también debe ser entendida como una respuesta a las tradicionales formas de clasificación del conocimiento, el cual responde a arbitrarios criterios de utilidad (carreras) diseñados para dar sustento al modelo, integrando a él una pluralidad de sujetos fragmentados (funcionarios, tecnócratas, etc.) incapaces de ejercer prácticas y reflexiones críticas respecto de su maneras de situarse en el mundo. Para ello se propone apuntar a la construcción de mayas libres, en las que las personas sean capaces de conducir sus propios procesos de aprendizaje.
II DEL DEBATE SOBRE LA CONVOCATORIA
A partir de estos puntos de la convocatoria se inició la reunión del día 8 de noviembre, desarrollándose un debate sumamente estimulante y provechoso, en el que se pudo apreciar una notable sintonía entre los mencionados puntos de la convocatoria y las motivaciones e intereses propios de quienes asistieron a la reunión. El siguiente es un resumen de algunos puntos concluidos.
1º Universidad abierta: Se debatió en torno al carácter abierto que debe asumir una universidad sin clases। Abierto a todas las personas sin discriminación por su situación económica, ni por edad, ni por nivel de estudios, ni por los contenidos temáticos que desee proponer. Estableciéndose la necesidad y el compromiso de ampliar la convocatoria, en pos de generar un espacio de intercambio de conocimientos en el cual todos encuentren cabida.

3° Discusiones sobre las relaciones pedagógicas: En torno a los temas anteriores, se debatió respecto de las relaciones pedagógicas que se deben dar entre quienes participan de esta instancia. En el entendido de que se debe romper con la verticalidad del aprendizaje existente en la relación profesor alumno, poniendo al centro del proceso las experiencias de conocimientos particulares de quienes participan de la universidad. Para ello, una propuesta que se debatió, fue que más que generar cursos que giren en torno al saber de un profesor, se creen grupos de investigación en los que el conocimiento se produzca en el encuentro y debate de posiciones adquiridas en el devenir del proceso investigativo, y no de manera homogénea y lineal a partir de una sola voz. De este modo, la universidad no es un lugar en el que se adquiere conocimiento —porque estos no se encuentran en ella—, sino un lugar en el que estos se producen colectivamente.
4º Creación de una Página WEB como herramienta de coordinación para la autogestión: para ir dando forma a todo lo anterior, se planteó la idea de desarrollar una pagina WEB cuyo diseño permita coordinar la diversidad de acciones requeridas para el desarrollo de la Universidad Sin Clases y, al mismo tiempo, funcionar como espacio de debates. En concreto se espera producir una plataforma virtual en la que se pueda citar a posteriores asambleas, informar sobre actividades, recibir comentarios, inscribir los temas que se deseen desarrollar en cada “curso”, y armar las “mayas curriculares” de cada participante. Por ello, se asume que lo óptimo es que una plataforma de este tipo funcione como una herramienta en la que las personas puedan intervenir activamente, en lo posible, editando y publicando sus propios contenidos sin necesidad de pasar por mayores filtros ni selecciones.
La construcción de esta página WEB fue una tarea concreta asumida en la asamblea, para la cual se esperan avances en cuanto a su diseño en la próxima reunion.
5º Necesidad de contar con lugares físicos de funcionamiento: ante la necesidad de contar con lugares físicos para emplazar las actividades de la Universidad Sin Clases, se asume que son dos los criterios básicos que deben primar para estos efectos, estos son, la flexibilidad y la autogestión। Como autogestión, en este sentido, se entienden todas las iniciativas (que no generen lazos de dependencia ni subordinación) destinadas a contar con espacios efectivos para el desarrollo de las actividades, pudiendo ser, entre otros, la asociatividad con organizaciones sociales, el uso de lugares públicos abiertos a la comunidad (como plazas, parques, calles, universidades, poblaciones, etc.) o la ocupación de lugares desabitados que puedan ser tomados colectivamente. Sobre esto último, se expresa que ya se barajan algunas alternativas que podrían hacerse efectivas a partir del año que se avecina. La flexibilidad dice relación con tener capacidad organizativa como para adecuarse a este conjunto de opciones y rearticularse en la medida de que la condiciones lo requieran. Sin embargo, frente a esta heterogeneidad de opciones, se establece como algo deseable, la posibilidad de contar con un espacio físico donde centralizar las actividades de la universidad.
Una idea importante que fue propuesta en la asamblea, relacionada con las formas de emplazar la universidad, es la posibilidad de que los diversos “cursos” puedan irrumpir en cátedras universitarias (en universidades formales) en los momentos en que estas se encuentran en funcionamiento, presentando temáticas criticas en dialogo con sus contenidos. En este sentido se puede propender a la irrupción por fuerza (aunque de manera efectiva y dialogante) en el ámbito académico formal o, de igual forma, a la asociación con profesores de cátedras de universidades que se encuentren abiertos al debate en el aula. Esta es una manera de dar un sustrato práctico a nuestras acciones, disputando con las instituciones de mercado, en el mismo lugar en que estas desarrollan (y cierran) sus actividades.
6° Fecha de inicio de las actividades: se plantearon como meses tentativos para dar inicio a las actividades de la Universidad Sin Clases, los meses de marzo o abril del año que se avecina; con lo cual se asume que antes de esa fecha se requiere realizar al menos un par de asambleas más, mientras paralelamente se realizan las actividades de coordinación, aportes, discusión y preparación de contenidos en este blog y la pagina WEB.
7º Próxima asamblea: por último se sanciona la convocatoria para una próxima asamblea a realizarse el día 6 DE DICIEMBRE A LAS 19:00 HRS EN EL LOCAL “EL SINDICATO” UBICADO EN COMPAÑÍA CON MAIPU, BARRIO YUNGAY, donde se espera seguir debatiendo en torno a estos y otros puntos que puedan comenzar ha ser desarrollados a partir este blog con los temas con que aporte cada participante.
Importante: Si deseas aportar con documentos que exceden la capacidad que admiten los comentarios de este blog, hazlos llegar a universidadsinclases@gmail.com para que puedan ser publicados extensamente.
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COMENTARIOS
SOBRE LA RELACIÓN PEDAGÓGICA
Quisiera realizar una reflexión sobre la relación pedagógica existente en las aulas en la actualidad। Como primera aproximación al tema la Universidad sin clases en uno de sus ejes se plantea la crítica a la relación pedagógica actual la forma jerárquica que esta preserva, frente a esta se plantea la forma horizontal, donde no exista un solo individuo, experto y con poder que imponga una verdad। Si nos fijamos estamos ocupando la lógica de la crítica, que no es otra que basarse en algo institucionalizado para encontrar sus contradicciones y así poner una posibilidad de transformación। Pero de esto, a grandes rasgos sin poner muchas distinciones, pueden resultar dos consecuencias contrarias, una que se refuerce lo criticado o que se transforme, fijémonos en lo que no queremos, o sea, en que se refuerce, si la crítica es muy débil, de poca profundidad y poca voluntad lo único que haremos es acarrear agua a la otra trinchera। Digo esto por creo que siempre sucede estas consecuencias, con la crítica, pero siempre esta la posibilidad que exista una transformación que adsorba lo que refuerza. También lo digo, más concretamente, por las palabras que se han utilizados, como son gratuidad, inutilidad y productividad, con todo el peso simbólico que llevan en el sistema neoliberal, necesitamos ponerlas en su contexto, por que si las utilizamos solamente en contraposición al poder establecido lo único que estamos es reforzar este poder, en cambio si las ponemos en el contexto simbólico que queremos crear y “producir” las estaremos trastocando y creado un nuevo polo de conocimiento. Pero estamos recién empezando y solamente estoy poniendo temas en la mesa.
Retomado el tema planteado, con todo lo antes dicho, la relación pedagógica nace de la universalidad de las relaciones educativas, que se dan en cualquier con contexto de la vida social y no hay exclusión, pero la relación pedagógica tiene un contexto ideológico y este es lo que le da la dirección, forma y contenido y finalmente las políticas ha seguir a la pedagogía ha plantearse। En el caso de la pedagogía establecida hegemónicamente esta tiene una relación pedagógica vertical para mantener el poder verticalmente, de la ideología, además de otras características que le dan su estilo, como son que las personas, supuestamente, se construyen así misma (constructivismo) pero siguen siendo evaluadas por un poder vertical quien es el que decide las cuotas de poder que se entregan, esto es lo que se podría llamar en el marxismo tolerancia represiva। Esta cuotas de poder son los titulo, certificados y evoluciones que a los sujetos (con sujeto aludo no solamente a individuos también a instituciones) se les entregan para que estos se realicen en la sociedad y puedan ejerce su poder de manera “educada”, esto es de manera vertical.
Todo lo dicho en el párrafo anterior es para dar cuenta que, por mi parte, debemos discutir la relación pedagógica horizontal de una manera que se transparente esta relación, ya que existen formas en el sistema educacional que podría decirse que son horizontales pero que finalmente contribuyen al sistema de educación establecido। Conozco muy poco de los preuniversitarios populares, pero me tinca, que contribuyen sin darse cuenta al sistema establecido, pongo este ejemplo por que creo es el que esta más cerca dar una pelea y no a los sindicatos por que estos están años de dar la pelea en materia educacional y institucional. En que sentido contribuyen los preuniversitarios populares, en que como horizonte tiene el objetivo de la universidad tradicional y no han cuestionado la relación pedagógica establecida dentro del aula. Insisto estoy asiendo un crítica con muy pocos fundamentos empíricos y teóricos a los preuniversitarios, pero lo que me interesa es el ejemplo no su constatación.
Entonces en cuanto lo que se hablo en la asamblea creo debemos saber como se realiza una política para materializar la relación pedagógica horizontal en las aulas (con aula llamo al espacio de la relación pedagógica no solamente al espacio físico); ¿los objetivos la relación pedagógica horizontal son certificados, títulos y evaluaciones? Y si es así para que y por qué.
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Saludos a todos
Suscribo estas líneas con ocasión de una idea suelta y, por qué no, delirante, que, sin embargo, me permito compartir con ustedes en este espacio.
La propuesta de una universidad extramuros no puede si no entrar en lo que, según creo, hace al límite de la operación académica,o sea, a la subjetividad para la cual las instituciones de educación en general y la academia en particular, son, simplemente, impensables. Muy concretamente, esto significa que el grupo humano en el que estoy pensando,como subjetividad a plegar en la propuesta,es evidentemente el de las poblaciones, donde, y no hay que hacer un gran esfuerzo para colegirlo, la educación, el saber, la academia, la teoría, la técnica, no alcanzan siquiera para ser manipulados ideológicamente, por intereses de clase (o al menos no directamente), sino que, por el contrario, las condiciones mismas que hacen a lo anterior impensables, pura y simplemente, constituyen su ser población.
Espero que pueda, al menos, haber sugerido una orientación acaso pertinente.
Pablo
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Hola estimados, primero que nada quiero saludarlos y felicitarlos. Me interesa ser claro y sucinto, ya que creo que hay cosas que merecen ser discutidas seriamente, entre ellas las relaciones específicas entre saber y discurso. Es decir, en la falsa utopía que podamos disociar las "clases", las tipologías y los entramados del discurso con las producciones de saber. Si estoy interesado en este espacio es por que el presenta una posibilidad (hay que asumir la delgada línea de esa posibilidad, su fragilidad, asumirla secamente, sin falsa expectativa y con crudeza); y esa tiene que ver conasumir el lugar concreto e histórico en el que estamos y en qué contexto(histórico, social, cultural, local y global) nos encontramos para poder formular este espacio। En ese sentido: el primer punto que creo debería concitar esta producción de saber es hacer una revisión exhaustiva de los pensamientos y escritos que han intentado pensar críticamente (y ellos tienen etapas, momentos, lineas ideológicas diferentes entre ellas, a veces se salen del canon y pasan a lo literario, otras tienen el peso del testimonio historico, o el rigor filosófico), pero a su vez, de los intentos, fracasos y complots de los movimientos sociales. La historia eslarga, no muy agradable, pero creo que es importante mirar de frente esos intentos pasados en que la historia del s XX se nos presenta como un cúmulo de intentos (visibles en muchas partes: en los movimientos sociales, en el arte, en la academia) que fueron funestos. No quiero que se me vaya el punto: la "raíz" que quiero proponer dice relación con lo "concreto" de las líneas teóricas y el pensamiento: no disolver si no aunar las categorías en base a la experiencia histórica, y su relación con lo social Cabe, aún, hacer una arqueología de esos momentos, esos intentos, esas luchas (pequeñasy grandes) por las cuales pensar hoy tiene algún sentido. Un pensamiento sin clases, en primera instancia, solo puede formularse en la medida de la arqueología crítica de esas clases, el deslizamiento de la vida, la experiencia, en esas "clases" y "categorías". Esto lo digo a conciencia: siento a veces que cierto pensamiento de-constructivo diluye esto en filosofía, y también que cierto pensamiento de corte sociologista aniquila esos momentos en categorización. Digo "momento" adrede. "momentos" ¿en qué momentos de esa historia ella se constituyó como tal? ¿qué hizo que la hayamos creído sólida? ¿Cómo pensar a contramano? Hay que aprovechar y no disolver las disciplinas al respecto: la tarea que se presenta es esa; utilizarlas para activarlas: sus conceptos son útiles pero completamente inútiles a la vez. Entonces: ¿Cómo trabajar en esapequeña franja, sutil, peligrosa del discurso? ¿en qué momento ella se transforma en imposición o posibilidad? Creo que son preguntas no menores: mi ideal de obtener de ella un diálogo integrador, que sepa leer en la divergencia, e incluso en lo opuesto, una ganancia para un pensar-plural. Integrar, más allá de dividir.
Bueno, estas son ideas que he tenido.
Gracias
Fernando
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¿Cómo se puede pensar y construir una Universidad Sin Clases en medio de una sociedad dividida en clases y regida por el estado de excepción?
Obviamente “Universidad Sin Clases” es un eufemismo, una metáfora, algo que no existe y que escasamente podemos imaginar। Hacer el gesto de llamar Universidad Sin Clases a una experiencia o acontecimiento es, cuando mucho, indicativo de un deseo, es una no-universidad, una anti-universidad, y por lo tanto algo que sabemos que no va a ser, pero por lo mismo es necesario y urgente trabajar en ella, trabajar en el deseo de ella, denominarla, pensarla, imaginarla, construirla.
Una Universidad Sin Clases no existe, en primer lugar, por las condiciones en las que circula y se produce conocimiento en la actual sociedad de mercado, por la relación estrecha entre la producción de conocimientos, el mercado y el poder; y, en segundo término, por la falta de voluntad política de que eso ocurra। Imaginar un lugar, un emplazamiento, un ámbito, donde esa relación de determinación antes mencionada no exista, tiene que ver especialmente con la acción de una voluntad crítica, la que (al menos hasta hoy, en esta materia) está replegada en la buena conciencia। La construcción de una Universidad Sin Clases debe apelar a una resistencia crítica activa, radical y consecuente, que se haga vida, que enfrente al poder y a los principios mercantiles del contrato, que desista de los privilegios académicos y de la ilusión de la ascensión social a través de la educación. Debe, por lo tanto, al menos en su mínima expresión, ser un movimiento de denuncia y deconstrucción de la universidad de mercado, del actual modelo universitario y de educación.
¿Podemos imaginar una universidad así, un emplazamiento de producción de sentido y saber con esas características? Solo podríamos construir ese espacio si antes está en nuestra imaginación. Me refiero a que cuando pensemos en él no estemos reproduciendo la forma y el contenido, la estructura de la vieja universidad, que no pensemos en prebendas, beneficios, capitalizaciones, apropiaciones, cultos egóticos, acomodo laboral, adquisición de diplomas, protocolos académicos, etc. Eso implica, antes que nada y desde un principio, un espíritu de crítica, que ponga en tela de juicio todo, desde el contenido semántico mismo del concepto “universidad” hasta la legitimidad y potencia de la crítica misma.
Se trata, en primer lugar, de poder decirlo todo, que todos puedan decirlo todo en ese espacio, no sólo los privilegiados de la palabra; y también se trata, de que eso que se diga se convierta en gestos, en actos, en comportamientos y en obras. Decirlo todo en el sentido de no dejar nada en el tintero, de experimentar en el discurso, de exponer todo lo que sea posible exponer en torno a un cuestionamiento, de aproblemarnos, de no recaer en dogmas ni en verdades instituidas por intereses o prácticas sacralizadas. Nada debería ser sagrado en la Universidad Sin Clases, menos aun los conceptos que han producido el actual estado de cosas y con los que se viste ideológicamente el poder y con los que se invisten las instituciones, como el concepto de democracia, de pueblo, de estado, de sociedad civil, e incluso el de clase.
Por cierto, levantar un proyecto de Universidad Sin Clases en el contexto actual, no puede tener, ni por asomo, la pretensión de ser un espacio neutro, no se trata de reivindicar la promesa de la universidad de Bello como espacio libre para el saber, como institución independiente y autónoma del Estado. Especialmente porque ha quedado demostrado que eso ha sido siempre falso, se trata de construir una Universidad en lucha, en permanente estado de alerta y de sospecha, que genere actos de habla que tengan consecuencias prácticas. Se trataría de asumir el conflicto, pero no a ciegas, sino con las armas de la crítica.
La producción de una Universidad Sin Clases en el contexto actual no pude limitarse a la producción de saber en el espacio cerrado del aula, a la publicación de unos archivos perdidos o de revistas especializadas, eso también puede ser, eventualmente, pero antes que nada debería ser la producción de experiencias de aprendizaje, intercambio de conocimiento y producción de saber. Pensar, escribir, actuar. Producir obras y obrar. Lejos del concepto de trabajo, lejos de la idea de lo productivo y del rendimiento político, lejos del utilitarismo, considerar tal universidad como un fin, y no como un medio.
Entendiendo que las principales obras que se producen en la Universidad Sin Clases somos nosotros mismos, sus asistentes, que devenimos obras y obreros a la vez, obra de la experiencia comunicativa ahí producida, de los actos de habla performativos que pueden constituir un hecho en el mundo. Por eso, también, propongo desconfiar de la palabra “publicación”, no se trata de pensar y luego publicar, pues eso implica perpetuar la distinción entre lo público y lo privado, significa que algo ocurre en la intimidad y luego se revela, como verdad. No hay verdad que revelar, sólo hay obras y obrar, hay pensamiento, crítica, análisis, razonamientos, especulaciones, reflexión, ficción, experimentación, pero que, en su calidad de obra-obrar son inmediatamente “públicos” y salen al mundo no como “teoría neutra”, sino como agentes de transformación práctica y performativa, que en su estructura mínima deberían tener el carácter de una profecía auto cumplida, es decir, que produce aquello de lo que habla.
La universidad de hoy no sólo está al servicio del poder y de intereses económicos, sino que genera riqueza y genera poder, juega un papel importante en la maquinaria de articulación del sistema actual, suministrándole insumos, produciendo conocimientos útiles y “profesionales” funcionales. Una Universidad Sin Clases debería mantenerse ajena a la dinámica del poder, porque carecería de poder propio, porque no jugaría con sus reglas y porque no le procuraría herramientas que pudiera poner en juego; por el contrarío, tendería a socavar ese poder, oponiendo a él no otro poder, sino la ausencia de poder. Partiendo de la enunciación del principio en que dicha Universidad no estaría vinculada a proyecto social alguno, ni a la construcción de un sujeto, ni de un partido, ni de una clase.
“Sin clases” significa también dejar de reivindicar al sujeto-clase popular, o proletariado, como agente, actor, motor de cambio, se debe universalizar la responsabilidad de la destrucción del sistema en crisis. La Universidad Sin Clases debe hacerse cargo del problema general de la enajenación, del trabajo, de la experiencia. Todo aquel que trabaja, que es asalariado, que es obrero sin obra, que es movido por la voluntad de otro, que vende y se vende, que debe renunciar, que se debe desdoblar, que es aplastado culturalmente, es convocado. A un espacio en que no se trabaja, y no se vende, donde uno puede acogerse a la economía del Don, del dar, que es una anti-economía, pues no se recibe nada a cambio, salvo la experiencia de perderse en lo inútil, o en la comunidad.
Postulo a que no se debe insistir en la distinción de lo público y lo privado, pues es justamente esa la premisa lógica e histórica del liberalismo clásico y la falacia probada del estado de excepción permanente al que nos somete el neo liberalismo. Esto implica, por una parte, renunciar a la idea de “universidad pública”, criticarla desde ya, o radicalizarla al extremo de que todo sea público, y por tanto, todo entra en la Universidad. La Universidad Sin Clases debería estar abierta para todo el exterior, sin restricciones de edad, sexo, raza, u oficio, para todas las posturas y credos, como un campo de batalla, donde se enfrentan todas las ideas, campo al que se entra armado y se sale desarmado: meter todo el afuera. Pero también debería extender su interior sobre la realidad social: ambos movimientos de una manera permanente. Romper con los límites de la universidad, con el concepto de carrera: de esta universidad no se egresa, y abarca todas las edades. La Universidad se constituye en el juego del límite, “es el lugar en donde la universidad divisible se expone a la realidad, a las fuerzas de fuera (ya sean culturales, ideológicas, políticas, económicas u otras). Ahí es donde la universidad está en el mundo que trata de pensar. En esa frontera ha de negociar y organizar su resistencia. Y asumir sus responsabilidades. No para cerrarse ni para reconstruir ese fantasma abstracto de soberanía cuya herencia teológica o humanista habrá comenzado quizá a deconstruir (…) Sino para resistir efectivamente, aliándose con fuerzas extraacadémicas, para oponer una contraofensiva inventiva, con sus obras, a todos los intentos de reapropiación (política, jurídica, económica, etc.) y a todas las demás figuras de la soberanía”.
La Universidad Sin Clases es el fin del profesor como profesional, pero también es el fin del alumno como alguien que no profesa nada y que asume o asimila lo que profesa el profesor। Esto tiene como consecuencia que es abolida la categoría de alumnus (criado), todos los asistentes voluntarios a la Universidad son participantes de la experiencia del habla y del aprendizaje mutuo, la que tampoco puede derivar en una especialización o profesionalización। Toda especialización o profesionalización, incluso toda adquisición de un oficio tiene como objetivo la de insertarse en la cadena de canibalización mercantil, en la lógica utilitaria del vender o venderse. Escapar a eso es lo que hemos llamado lo inútil, saber inútil, acto inútil, no porque sea vacuo, sino porque no es un referente ni un engranaje adaptable a la máquina, la máquina es negada por la inutilidad.
MORO
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estimadas/osgracias por sus correos; hasta ahora no he tenido un minuto de leer con atención lo que proponen, pero sin duda este tipo de iniciativas pueden llegar a ser muy productivas desde ya les ofrezco alguna jornada en mi propio espacio académico "tradicional" (uchile, usek, umayor), el que podemos conversar y programar en algún momento।por ahora me permito una pequeña observación (másbien formal): si utilizan el CCO en vez de CC todas/os quienes reibimos sus correos nos evitamos tener que pasar por el tremendo chorizo de nombres y direcciones antes de llegar al contenido del mismo, y al menos yo, lo agradezco.
Saludos
Soledad Novoa
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1 comentario:
Sobre la Relación Pedagógica
Quisiera realizar una reflexión sobre la relación pedagógica existente en las aulas en la actualidad. Como primera aproximación al tema la Universidad sin clases en uno de sus ejes se plantea la crítica a la relación pedagógica actual la forma jerárquica que esta preserva, frente a esta se plantea la forma horizontal, donde no exista un solo individuo, experto y con poder que imponga una verdad. Si nos fijamos estamos ocupando la lógica de la crítica, que no es otra que basarse en algo institucionalizado para encontrar sus contradicciones y así poner una posibilidad de transformación. Pero de esto, a grandes rasgos sin poner muchas distinciones, pueden resultar dos consecuencias contrarias, una que se refuerce lo criticado o que se transforme, fijémonos en lo que no queremos, o sea, en que se refuerce, si la crítica es muy débil, de poca profundidad y poca voluntad lo único que haremos es acarrear agua a la otra trinchera. Digo esto por creo que siempre sucede estas consecuencias, con la crítica, pero siempre esta la posibilidad que exista una transformación que adsorba lo que refuerza. También lo digo, más concretamente, por las palabras que se han utilizados, como son gratuidad, inutilidad y productividad, con todo el peso simbólico que llevan en el sistema neoliberal, necesitamos ponerlas en su contexto, por que si las utilizamos solamente en contraposición al poder establecido lo único que estamos es reforzar este poder, en cambio si las ponemos en el contexto simbólico que queremos crear y “producir” las estaremos trastocando y creado un nuevo polo de conocimiento. Pero estamos recién empezando y solamente estoy poniendo temas en la mesa.
Retomado el tema planteado, con todo lo antes dicho, la relación pedagógica nace de la universalidad de las relaciones educativas, que se dan en cualquier con contexto de la vida social y no hay exclusión, pero la relación pedagógica tiene un contexto ideológico y este es lo que le da la dirección, forma y contenido y finalmente las políticas ha seguir a la pedagogía ha plantearse. En el caso de la pedagogía establecida hegemónicamente esta tiene una relación pedagógica vertical para mantener el poder verticalmente, de la ideología, además de otras características que le dan su estilo, como son que las personas, supuestamente, se construyen así misma (constructivismo) pero siguen siendo evaluadas por un poder vertical quien es el que decide las cuotas de poder que se entregan, esto es lo que se podría llamar en el marxismo tolerancia represiva. Esta cuotas de poder son los titulo, certificados y evoluciones que a los sujetos (con sujeto aludo no solamente a individuos también a instituciones) se les entregan para que estos se realicen en la sociedad y puedan ejerce su poder de manera “educada”, esto es de manera vertical.
Todo lo dicho en el párrafo anterior es para dar cuenta que, por mi parte, debemos discutir la relación pedagógica horizontal de una manera que se transparente esta relación, ya que existen formas en el sistema educacional que podría decirse que son horizontales pero que finalmente contribuyen al sistema de educación establecido. Conozco muy poco de los preuniversitarios populares, pero me tinca, que contribuyen sin darse cuenta al sistema establecido, pongo este ejemplo por que creo es el que esta más cerca dar una pelea y no a los sindicatos por que estos están años de dar la pelea en materia educacional y institucional. En que sentido contribuyen los preuniversitarios populares, en que como horizonte tiene el objetivo de la universidad tradicional y no han cuestionado la relación pedagógica establecida dentro del aula. Insisto estoy asiendo un crítica con muy pocos fundamentos empíricos y teóricos a los preuniversitarios, pero lo que me interesa es el ejemplo no su constatación.
Entonces en cuanto lo que se hablo en la asamblea creo debemos saber como se realiza una política para materializar la relación pedagógica horizontal en las aulas (con aula llamo al espacio de la relación pedagógica no solamente al espacio físico); ¿los objetivos la relación pedagógica horizontal son certificados, títulos y evaluaciones? Y si es así para que y por que.
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